Don Quijote de la Mancha en Verso



Dicen que de la Mancha era
ingenioso caballero
envuelto su corazón
en armadura de acero.

Era Alonso Quijano
un hidalgo caballero.
Tenía fama de bueno
este loco aventurero

Amante de buena caza
Con amigos, conversador
Aficionado a la lectura
era este buen señor

Fue aumentando su fervor
por la gran caballería
y por esas aventuras
que en su cabeza ocurrían

El de la Triste Figura,
Caballero don Quijote,
de los malos y perversos
se convirtió en azote.

Encantadores y Magos
en su seso se alojaron
y aquel mundo conoció
loco que no imaginaron

Por más libros que quemaran
De su sueño, ser caballero,
no pudieron evitar
ser de la Mancha el primero

Caballo tiene Quijote
al cual llama Rocinante.
No era rocino cualquiera
aunque no tuviese aguante

A huérfanos y viudas
juró el hidalgo proteger
y cual gran caballero,
a su dama defender

Aldonza Lorenzo era
una moza singular
Tenía fuerza de bruto
a un puerco podía tumbar.

Tenía la labradora
sobre su labio un lunar
¡Ay señor!¡ cómo se pudo
Don Quijote enamorar!

Sin embargo, Don Quijote
la adoraba de verdad.
Veía a Dulcinea
como una dama real.

Entre algodones criada,
a su amada imaginaba,
y a su piel de marfil
nadie en el mundo igualaba


En la venta del camino
le nombraron caballero
Por velar  allí sus armas,
se peleó el arriero

Buen amigo y vecino
Campesino y labrador
Fue Sancho el escudero
De un Quijote soñador

Era este buen labrador
hombre de poca estatura
Muy corto de entendederas
que se lanzó a la aventura

A lomos de su caballo
Vestido con armadura
Sancho en su pobre borrico
Recorrieron  la llanura.

Dijo Sancho bonachón
“No sé que es escudero ser.
A la escuela yo no he ido.
No se escribir ni leer”

Criados son de un caballero
que gente somos  de bien
Y vamos por los caminos
buscando aventura, también.

Ayudamos a los huérfanos,
a bribones castigamos,
con magos, encantadores
con gigantes acabamos

“Con encanto yo lo haría
Pero no debo olvidar
Que mujer e hijos tengo
Y los debo alimentar.”

Por eso, amigo Sancho
No te has de preocupar
pues si la suerte no falla
ínsula has de gobernar

Cuente conmigo señor
Le respondió Sancho Panza
Para ser rico, se dijo
Me iré yo a esa andanza

Los caminos de la Mancha
Les estaban esperando
Don Quijote en su locura
Sancho en ínsula pensando

Por los campos de Montiel
A fieros gigantes halla
“La suerte nos acompaña
Pues pienso entablar batalla”

No son gigantes, señor
Sino molinos de viento
Si usted piensa batallar
Ándese con mucho tiento

Sin oír a su escudero
Espolea a Rocinante
Y en desigual pelea
Se lanza amenazante

Cual fieros brazos gigantes
El viento aspas giró
Y de este modo su lanza
En pedazos se partió

Así fue como el gigante
En molino se convierte
“Maldito encantador,
Que me ha cambiado la suerte

Andando por los caminos
El gran caballero andante
Luchó contra los molinos
Creyendo que eran gigantes

Ya rodaban por el suelo
Caballo y caballero
La batalla ha perdido
Por no oír al escudero

A la venta hemos llegado
Indicó Sancho a su amo
Un castillo es amigo
Le respondió indignado

Esa noche en el pajar,
creyéndose acosado
por la pobre Maritornes,
Don Quijote está apenado

Su corazón pertenece
a su  Dulcinea amada
aunque a esta pobre mujer
crea princesa encantada

Pero el diablo que lo enreda,
celoso puso al mulero
Y a  nuestro Don Quijote
le sacudió el trasero

Pide, Sancho, al señor
Sal, romero aceite y vino.
Un bálsamo prepararé
para seguir el camino

Mágico es el  bebedizo
bálsamo de Fierabrás
pues con una sola gota
vida recuperarás

Fíjate, fiel escudero
como debes actuar
si en dos fuese yo cortado
al salir a batallar

La parte caída encima,
rápido has de colocar,
de la que siga erguida,
la sangre no ha de cuajar

Y con estos desatinos
Se hizo la madrugada
pensando así don Quijote
que la hora era llegada

Cuando salieron de la venta
creyendo que era castillo,
por no pagar los servicios
les dieron otro sustillo

Unos mozos fortachones
que allí en la venta estaban
en medio de una manta
al pobre de Sancho echaban

Al pobre a las alturas
una y otra vez lanzaban.
Pide ayuda a don Quijote
creyendo que le mataban

Cuando a la tierra volvió
Estaba tan mareado,
como si fuese un borracho,
Se caía a los lados

Y más ligero que el viento
en su borrico montado
¡Qué diablos!, se dijo Sancho
¡Al menos no he pagado!

Anímate, amigo Sancho,
¡la suerte hemos hallado!
Esos son los soldados
de Alifanfarón malvado

¡Ay señor!, le dijo Sancho,
no se me lleve a engaño
que eso no es un ejército
sino un simple rebaño.

Sin pensárselo dos veces
lanza en su mano empuñada
a lomos de Rocinante
cargó contra la manada

Cuando los pastores vieron
de las ovejas, las muertes
fueron tantas las pedradas
que le rompieron los dientes

Viajó engañado en jaula
creyendo que era misión
para proteger a una dama
en el reino de Micomicón

Vivió así don Quijote
otras muchas aventuras
que bien podemos llamar
otras enormes locuras

Se peleó cuerpo a cuerpo
contra un león enjaulado
y voló por los aires
en un caballo alado

Se puso como sombrero
del barbero, la bacía
creyendo que de Mambrino
era el yelmo que tenía.

Liberó de las cadenas
a Ginés de Pasamonte
Y aunque iban a galeras
escaparon por los montes

Cuando iba a Zaragoza
A batallar en las justas
Cambió luego su rumbo
Por historias injustas

Historias son  tan famosas
Que en un libro las resume
Avellaneda escritor
Y don Quijote, presume.

A  pesar del desatino
de ser siempre apaleado
De la ínsula, Sancho
es gobernador  nombrado

Ínsula de Baratalia
por lo poco que ha costado.
Gobierna Sancho con tino
el pueblo está encantado

Poco durará el gobierno
por malvados atacado
Sancho quiere la paz
Y vivir más descansado

Y acabó en Barcelona.
El mar vio por vez primera
Y allí en sus playas
remató esa quimera

Saliendo una mañana
por la playa a pasear
hacia él vino un caballero
que quería batallar

Era De la Blanca Luna
caballero singular
quería con sus armas
a su dama agradar

Retó pronto a Don Quijote
¡Quien la batalla perdiera
a casa debiera irse
el tiempo que le pidiera

Acepta entonces el reto.
La batalla va a empezar
Pero el de la Blanca Luna
a don Quijote va a ganar

A su casa se retira
Y quisiera ser pastor
para que fuese su amada
la que reinase mejor

Recupera la cordura.
La tristeza le domina
Muere entonces don Quijote
Y la historia se termina

No sé si será aventura
Lo que os hemos contado.
¡Quizás algo sea cierto!
O que lo hayamos soñado

El príncipe de los ingenios
Dijo una vez asombrado
Que yo a  loco sin idea
jamás lo he encontrado

Esta vieja historia cuenta
El famoso don Miguel
Yo, al Manco de Lepanto
También le daría un Nobel.

 Alumnos de 1º ESO B 2015-2016

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